Columbus Crew se fue con un valioso punto de la ciudad
de Orlando al empatar a 2 goles con el local ante poco más de 31 mil
aficionados que siguen avivando de manera insistente desde las tribunas del
Citrus Bowl. Tony Tchani (6’) y Kei Kamara (61’) se reportaron en el marcador
por el visitante, mientras que la dupla brasileña compuesta por Kaká (de tiro
penal al minutos 17) y Pedro Ribeiro (88’), de media distancia, logró
equilibrar las cifras.
Después de terminado el encuentro, y de escuchar las
reacciones de los protagonistas en los camerinos y la rueda de prensa, se aprecia
el malestar que produjo la paridad en el equipo de Adrian Heath, especialmente
porque siempre tuvo la pelota (64,2%), manejó la iniciativa, generó varias
opciones claras que desperdiciaron Cyle Larin y Carlos Rivas (estuvieron poco
finos los delanteros), hasta que por fin el recién ingresado Pedro Ribeiro
fabricó un golazo desde afuera del área cuando al partido le quedaban dos
minutos para concluir.
El partido se complicó desde el minuto seis cuando
Ethan Finley salió vertiginosamente por derecha y se asoció con el lateral Héctor
Jiménez quien lo acompañaba por la banda, muy abierto y sin marca. Por esta
razón ganó el corredor con amplitud, llegó al borde y centró para que desde
atrás apareciera Tony Tchani y superara por talla a Rafael Ramos para rematar
de frente y vencer a Hall.
El error no es del lateral quien estaba cuidando la
espalda de los centrales, sino de Hines y Ledger. Los zagueros centros no
pueden regalar la espalda en ese sector. Son ellos, por su estatura y oficio,
los llamados a incomodar a cualquier atacante que se filtre en la cabecera de
las 5,50.
Afortunadamente, diez minutos después se produce una
situación enredada en el área visitante (tras un tiro de esquina), y en el
intento por despejar la pelota queda en los botines de Kaká quien la dirige a
portería. Allí, cuidando el palo derecho, estaba el capitán Michael Parkhurst
quien con la mano evita que la pelota siga su recorrido. Es cierto que la tenía
pegada al cuerpo, como protestaron Kamara y compañía, pero la intención fue frenar
la acción y por eso el central Silvio Pitrescu no dudó en sancionar el penal y
expulsar al defensor.
Luego sería Kaká el encargado de convertir su sexto
del año (tercero por esta vía) y de paso se solidifica como el goleador del
cuadro violeta. El astro carioca lo celebró en el sector sur con la barra de
los Ruckus quienes deliraban como es característico en ellos (inclusive cuando
están perdiendo, son incondicionales).
Ante la expulsión, Berthalter aplica variantes
inmediatas. Sacrifica al creador del equipo, el argentino Federico Higuaín,
para darle paso a Emanuel Pogatetz. Con esto fortaleció la línea de contención
y movió a Justin Meram de la izquierda al centro para que fuera el enlace. Sin
embargo Meram vio tarjeta amarilla por carga desmedida (32’) y al quedar
condicionado se tiene que ir en la complementaria por Kristinn Steindorsson, ya
que se avecinaba una mayor fricción en marca y no se podía correr el riesgo de
una expulsión más.
Con dos líneas de cuatro muy sólidas, y un gran
despliegue físico, Columbus apelaba a sumar pues nunca cedió a pesar de la
adversidad. Sabían que enfrente tenían a Kamara y que con éste cualquier cosa
podía suceder en una salida fortuita pues Orlando apremiaba con su empuje.
Esta propuesta que, aunque conservadora es válida, dio
réditos al minuto 16 de la segunda fracción. En una salida rápida de la mitad
al sector izquierdo, apareció la figura de Waylon Francis quien aterrizó con
buena pista. Solo al borde del área fue a recibir marca de Ramos y Hines pero
aprovechó el metro que tenía y levantó una pelota que Kamara atacó y remató con
precisión letal. Protestaba Ledger pues su compañero, Luke Boden, no reaccionó
para incomodar al africano cuando la zona se abanicaba hacia la derecha, y
estaba obligado, por movimiento táctico, a marcar y evitar que el goleador
hiciera su décimo del año. Fue una muy buena anotación.
De allí en adelante el compromiso fue un monólogo.
Solo Orlando atacaba de manera desordenada pero insistente y dos ocasiones
claras fueron desperdiciadas por el colombiano Carlos Rivas quien no supo
definir un mano a mano con Clark (pase brillante de Kaká) y luego remató con el
arquero vencido, al frente del área chica, un balón que botaba libre. El remate
fue con tanta furia y falta de convicción, que se estrelló en el horizontal.
Nadie lo podía creer.
Igual sucedió con Larin quien no pudo materializar en
un par de acciones donde tuvo el espacio para dar la estocada final. Una de
ellas, la segunda, fue una pifiada brutal sobre un balón que pasó desde la
derecha por la caja menor, esperando a que le cambiaran la trayectoria. Todavía
le debe estar doliendo entre las piernas al canadiense tras semejante yerro.
Adrian Heath, en su intento de romper el abroquelamiento
del visitante, manda a Martin Peterson a la cancha en reemplazo de Rivas. Por
ser un jugador de choque esperaba que pudiera pescar algo y definir, pero fue
referenciado con precisión y se perdió en acción, aunque generó espacios por su
movilidad. Es que a este punto Columbus se defendía con todo y sacaba provecho
de la presión en el último cuarto de cancha, donde todo jugador era tomado con
marca escalonada y en zona. Se resguardaban con clase y valentía.
Con menos de 20 minutos, el estratega local, que sufría
lo indecible, quema los dos cambios restantes. Dosifica la zona media con la
presencia de Lewis Neal (un zurdo de buen trato y muy dinámico) y saca a Larin
para que ingresara el recién recuperado Ribeiro.
Con estas variantes, Orlando sigue apelando a evitar
cualquier sorpresa con el aporte de Cerén e Higuita en recuperación, quienes
trabajaban laboriosamente (Hines y Ledger referenciaban a Kamara sobre la
circunferencia central). Kaká seguía moviéndose de adentro hacia afuera por
derecha para abrir espacios y Paterson ejecutaba lo propio por izquierda,
mientras que Boden y Neal mandaban por el flanco izquierdo que estaba dispuesto
para generar ingresos.
Estos movimientos sin balón, que son inapreciables por
el espectador, permiten que Ribeiro empezara a mostrarse con un par de jugadas
que daban destellos de su capacidad, especialmente para jugar de espaldas a la
portería.
A falta de dos minutos, en una liga que se destaca por
ser agónica, Luke Bolden sirvió una pelota desde su propia mita que iba sin
precisión al centro, uno metros afuera de la media luna. El esférico es
amortiguado por Francis que no puede controlarla apropiadamente y la deja
flotando para que Ribeiro la administrara. En ese momento, aunque usted no lo
crea, Kaká entra en acción y obliga a que Francis lo referencie mientras que
Tyson Wahl y Chris Kutle se confiaron por la distancia creyendo, tal vez, que
Ribeiro intentaría asociarse con su connacional, especialmente porque estaba de
espaldas y empezaba a girarse hacia la derecha. Lo que nunca esperaron es que
el brasileños se acomodara y sin dudarlo, con un par de metros que eran oro a
esa altura, por lo cerrado de la marca, sacó un remate impecable, potente y
bien colocado a la mano izquierda de Clark quien fue a buscar un balón que
tenia destino de gol.
Hubo una situación particular e inusual. En un balón
que viene cayendo desde la derecha, tras el amontonamiento de hombres en ataque
y defensa, la pelota es tomada por Clark quien salta por ella, pero cuando cae
da la impresión que el balón ha traspasado la línea de meta.
En primera instancia, como lo vio el central, no dio
la impresión a pesar que la parcialidad local lo reclamo desde las tribunas.
Sin embargo con la repetición, y por eso no se debe cuestionar al árbitro, la
óptica cambia (ningún medio se ha detenido a estudiar la situación). Ahora
bien, mas allá de si fue gol o no, quien debió sancionarlo, en caso de haber
existido, fue el línea pues se supone debe tener una mejor visión. Bueno, hay
que reseñarlo mas como una anécdota que por ser un factor determinante y fuera
de toda malicia.
Los últimos minutos fueron intensos pero mas férreos y
al final decantaron en un empate que se antoja justo por los desperdicios del
local y un visitante de mucho oficio que supo apretar los dientes y buscar un
resultado con valentía. Ahora, con este resultado, Orlando queda por fuera de
la zona de clasificación por segunda vez en lo que va de la campaña, pero a
corta distancia, a tan solo tres puntos y en la tercera casilla, están los
Toros Rojos de Nueva York, lo que demuestra lo apretado que será el torneo
fecha tras fecha.
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