domingo, 6 de julio de 2014

COSTA RICA: EL MEJOR EN LA HISTORIA DE LA CONCACAF

Le eliminación de Costa Rica del Mundial, a través de la serie penal frente a Holanda, es sin lugar a dudas lo mejor que una selección centroamericana haya hecho en una copa del Mundo, sino lo cree haga el ejercicio y verá la respuesta.

Lo es porque partió con pronósticos adversos en un grupo muy fuerte donde se mezclaban tres campeones del mundo y llamados siempre al favoritismo. Además, para seguir sumando, terminaron invictos en los cinco partidos que jugaron y fueron vulnerados solamente en un par de ocasiones. ¿Ahora bien, fue su propuesta tan contundente como para impresionar? La respuesta es sencilla, no. Fue efectiva y válida, que es diferente. Aquí no vale hablar con pasión.

Para sustentar lo anterior, se debe acotar que en el fútbol la táctica es el principio elemental de competencia. Solamente estudiando el rival, conociendo sus falencias para atacarlo y aprovechando los propios recursos para anular sus virtudes, se puede planear qué hacer en una cancha diseñando una figura táctica y eligiendo los hombres adecuados para implementarla. Esta es la labor principal del técnico en las previas al duelo, ya en la cancha y en la acción la responsabilidad es de sus jugadores.

Con esto claro, corresponde enfatizar que los dirigidos por Jorge Luis Pinto apelaron a una constante de juego que se resguardó en el trabajo defensivo y la posibilidad de concretar algo a través de la contra ofensiva. Aparte de los 3 goles que le hicieron a Uruguay en la apertura, los demás compromisos los sellaron con empates o por la mínima diferencia. Fue un gol contra Italia, empate con Inglaterra, uno contra los griegos y el cero frente a la “naranja mecánica”. En todo ese recorrido solamente los charrúas y los griegos le marcaron de a gol, los demás no pudieron.

Hasta ahí, revisando con frialdad los números, diríamos que los ticos fueron sin lugar a dudas un equipo equilibrado en defensa y ataque. Bueno, eso sería lo que se puede desprender a primera vista, pero contando la verdadera historia de cada encuentro, no se puede mentir sin afirmar lo contrario. Pese a que el grupo fue unido, sacrificado, aguerrido, luchador y batallador incansable, con un gran despliegue físico, la gran diferencia de Costa Rica tiene nombre propio: Keylor Navas.

Fue el arquero, y solamente el arquero el único responsable de que su escuadra haya llegado tan lejos. Es él el directo culpable que tres potencias, de las cuatro selecciones europeas enfrentadas, se hayan visto impotentes de vulnerarlo, después de medirlo desde todas partes, por todos los medios posibles.

Es cierto que la defensa colaboró, dio su cuota, pero nadie puede negar que si Navas es considerado el mejor arquero de la prueba no es precisamente por el color de su piel. Se ganó el respeto del mundo con unos reflejos impresionantes, con un acierto total en su ubicación debajo de los tres palos, con un dominio de área preciso, un instinto suicida a la hora de jugársela toda por una balón, es decir fue la inmensa muralla que frenó la ilusión de los gigantes; fue el David que arruinó la ilusión de tres gigantes (no incluyan a los petardos de Grecia, por favor).

Costa Rica fue el único de los eliminados en Cuartos de final que no perdió en 90 minutos. Además, no le marcaron antes de los 10 minutos del arranque como le sucedió a Francia, Colombia y Bélgica. Los holandeses, en este caso, tuvieron que llegar a donde nunca hubieran querido por la incertidumbre del momento y el desgaste físico.

Muchos se mostraron satisfechos y reclamaron justo el pase de los holandeses por su propuesta de juego, lo cual está bien ya que hicieron lo opuesto de los centroamericanos. Es decir, salieron a ganar buscando los predios del rival. Sin embargo, los ticos también jugaron a ganar su partido arriesgando todo al abroquelamiento defensivo y la procura de llevar la serie a los penales, donde cualquier cosa podía pasar, especialmente cuando se tiene un fuera de serie como Navas. Lo arriesgaron todo, siempre y les salió durante los 120+ de juego. Esa táctica también vale más allá de que sea o no agradable para la retina del espectador.

Es tan aceptable la táctica defensiva de los ticos, como lo fue la presencia del arquero del Newcastle, Tim Krul, en la serie de penales. Van Gaal lo tenía reservado. Es un monstruo de casi dos metros, de unos brazos enormes y con la virtud de que, a pesar de su estatura, es rápido cuando va abajo. Por eso tiene una alta probabilidad de contener penales. El efecto sicológico y la capacidad juegan a favor, y en el caso contra Costa Rica le funcionó muy bien.

Les alcanzó para dos cosas: para poner en jaque a los grandes por tradición y para escribir una historia maravillosa que hoy llena de orgullo a su país. Felicitaciones.




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