La sonrisa es
inevitable. Colombia le ganó dos por uno a Costa de Marfil y está casi instalada
en la siguiente fase de la Copa del Mundo. La matemática todavía no es
concluyente, por eso se debe ser respetuoso en los predios de las
probabilidades pero arranca el último encuentro siendo la mejor selección de la
zona B y eso cuenta. Sin embargo, haber sumado es clave en las aspiraciones y
elimina la presión que hoy acompaña a otros conjuntos.
Empecemos por
decir verdades. Quien diga que terminó relajado y feliz miente, pues se concluyó
apretando los dientes y mirando el reloj de manera angustiosa. El equipo
africano nos arrinconó en el último cuarto de hora y jugando muy cerca de los
predios de David Ospina, especialmente desde que Gervinho marcó el descuento a través
de un bonito gol por la creación y definición del mismo.
La propuesta de
Pekerman desde el comienzo es interesante, pero desconcierta un poco cuando se
tienen mejores argumento para administrar el balón, sin embargo todo vale
dentro de la táctica de juego y planeación de los partidos. Apretamos en la
zona media, nos ajustamos en el sector posterior con un Mario Yepes inmenso, y
apelamos a la contraofensiva como recurso de ataque. Teo fue el único arriba
que esperaba los pases de James o las incursiones del siempre alegre Juan
Guillermo Cuadrado por derecha e Ibarbo o Armero por el rincón opuesto. Es más,
pudiéramos decir que la mala tarde de Ibarbo nos tuvo por momento jugando con
diez, pues el jugador del Cagliari era poco lo que aportaba.
En esta tónica de
esperar y sorprender, el resultado es positivo porque Colombia tuvo las mejores
opciones en la fracción inicial. Con un Cuadrado muy cómodo por derecha y James
punzante en sus lanzamientos.
En la
complementaria se va Ibarbo (era justo) dándole paso a Juan Fernando Quintero.
El volante de armado le cambia la cara al partido porque administra con
propiedad y distribuye con claridad. En ese momento nos apropiamos del útil, lo
tocamos y jugamos en corto con precisión, lo que roba protagonismo a los
africanos.
El primer gol
llega por medio de James quien remata certeramente un servicio desde la
izquierda de Cuadrado, la pelota supera a Barry en su intento felino por
contenerla. Tres minutos después un balón recuperado por James en la mitad y la
asociación con Teófilo, permite que el barranquillero la ceda a la derecha por
donde llegaba Quintero, ante la superioridad ofensiva. El paisita define con precisión
y la cruza con la derecha para decretar un dos por cero justo. Entre los dos
goles solo transcurrieron cinco minutos.
De haberse
mantenido la propuesta iniciada con el ingreso de Quintero, seguramente las
cosas no hubieran sido tan críticas, pero ante el descuento (también cuatro
minutos más tarde), las acciones se antojaron dramáticas hasta el pitazo final.
Con este resultado
Colombia no solo rompe su historia al sumar dos victorias en un Mundial, sino
que le confirma a Didier Drogba cuál es el mejor, toda vez que el delantero del
Chelsea aseguró en la previa que eran superiores que los colombianos. Son
bravos, fuertes e incansables pero no mejores.
Ahora nos toca
esperar a Japón sin importar la suma que ellos traigan, y la constante es añadir
más puntos para ser los primeros de la zona, ya que ningún otro equipo puede
hacer siete unidades, en caso de un eventual empate contra los nipones. De ser así,
empezaremos a mirar de reojo al segundo del A. Allí donde Brasil, México y
Croacia todavía no definen sus cosas.
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