Colombia ganó y lo hizo bien, de manera contundente
ante un rival que decepcionó porque se esperaba más de ellos, siendo el peor
del grupo en la sumatoria general. En la primera fracción, cuando las cifras
reflejaban empate a uno, el pronóstico de todos era reservado, había desconsuelo
y preocupación porque no se jugaba bien. El cuadro cafetero no tenía recuperación,
faltaba liderazgo en la zona media y poca participación en ofensiva, toda vez
que los pases largos eran una constante improductiva.
Sin embargo, el técnico demostró una vez más que es un
gran lector de partidos. Al comienzo la presencia de ocho elementos nuevos con
respecto al onceno regular (buscando descanso y protección de sus estelares),
ayudaba a lanzar todo tipo de diagnósticos para explicar la falta de claridad.
Sin embargo, con tan solo dos cambios, las cosas tomaron otro rumbo. Entra
James y Carbonero, por Quintero y Cuadrado, y el equipo recuperó la memoria.
Con James en la cancha, los nipones toman otra
conducta de marca y el equipo empieza a asociarse. El manejo del útil se asume
con propiedad y las ideas empiezan a fluir. De esta manera Jackson Martinez
asume protagonismo marcando dos goles más. El segundo en su cuenta personal,
especialmente, es de gran factura por la gestación del mismo y la manera como
el ariete se frena, corta hacia afuera dejando a su marcador mal parado, para
rematar con una claridad y clase de talla mundialista. El puntillazo final lo
pone Rodríguez con un gol a su estilo, con clase y sutileza. Una pinturita
hermosa, para estallar el delirio de la afición.
Luego, en un gesto humano, de confianza y respeto,
Pekerman pone a Mondragón en la cancha para que firme la historia del Mundial
al convertirse en el jugador más veterano en jugar un partido oficial de la
prueba. El meta vallecaucano besó al técnico y selló su agradecimiento con un
fuerte abrazo. Además, para realzar su trayectoria, atajó una pelota con sello
de gol en el epilogo del compromiso, reviviendo aquellos momentos donde Farid
era, sin lugar a dudas, junto a Oscar Córdoba, uno de los mejores en su posición.
Fue una tarde gloriosa que cierra la mejor participación de Colombia en un
Mundial hasta el momento. No conoce la derrota, sumó tres partidos ganados,
tiene a uno de los mejores jugadores del evento (James) y se ha mostrado, junto
con México, Costa Rica y Chile, como uno de los equipos llamados a ser
protagonista.
Ahora bien, hasta aquí todo es color de rosas. Sin
embargo la verdadera prueba inicia cuando enfrentemos a Uruguay. Un equipo que
llegó al Mundial buscando su cupo en la repesca. Que no es vistoso, pero
cumplidor. Además, en un dato que no se puede obviar, viene de sacar a dos
campeones del mundo. Si bien Costa Rica inició la expedición del certificado de
defunción para Italia, fueron los charrúas quienes lo firmaron y los enviaron a
casa antes de lo pensado. Así mismo hicieron con Inglaterra, pues en el duelo
con los ticos el conjunto de Roy Hudgson entró en agonía, pero los dos goles de
Luis Suarez terminaron cualquier ilusión.
Uruguay es un equipo agrandado por las circunstancias,
bravo, sucio porque juega al límite del reglamento y mordelón en todos los
sectores de la cancha (especialmente en su delantera). Por esta razón aviso que
irán a moler a patadas a los mejores jugadores de Colombia, especialmente
aquellos que saben con la pelota. Ojalá no entren en la provocación que
intentarán desde el arranque de la prueba. Cuando los enfrentamos en las
Eliminatorias los sacudimos con dureza en Barranquilla y los superamos en fútbol
cuando se dio el duelo en Montevideo. Sin embargo dos goles en diez minutos, expirando
el partido, y estando a punto de ser eliminados, confirmaron que para ellos
nada está dicho hasta que concluye el partido. Ojo, porque se avecina un
partido feo y trabado. Espero equivocarme.
Costa Rica irá contra Grecia que, sobre el papel, se
antoja accesible por lo expuesto en sus tres salidas. Un penal de último minuto
contra Costa de Marfil les permitió avanzar, pero sigue siendo de esos
conjuntos que en lo deportivo tiene una discreción total. Claro, todo puede
pasar de ahora en adelante y Pinto deberá tomar los recaudos necesarios para
instalarse como uno de los mejores ocho del mundo. Toda una historia si se
logra y creo que ahora tienen muchas cosas que les permite soñar con mantenerse
en la prueba, pese al escepticismo y pronostico de muchos especialistas en la
materia.
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