


Hace días a don Julio (Grondona), le dio por decir que Leo (Messi) era el mejor diez en la historia del fútbol argentino, por encima de Diego (Maradona), lo cual dejó un sabor amargo entre muchos aficionados, entendidos y amantes de la Pelusa y del fútbol total.
Como sucedió en su momento, cuando se discutía quién era mejor si Maradona o Pelé, la verdad simple es que no se puede comparar a Diego con Leonel por una razón sencilla: Maradona ya escribió su página en el fútbol mundial mientras que la “Pulga” apenas lo está haciendo. Por eso el comentario del dirigente argentino, aparte de inapropiado, se sale de todo contexto deportivo, más allá del malestar personal que mantiene con el ex seleccionador gaucho.
Antes de establecer una comparación, si existe, se debería evaluar una realidad que han vivido los jugadores que más han impactado la retina del aficionado mundial en los últimos 50 anos: Pelé, Maradona y Messi, en este caso específico.
La primera gran diferencia entre ellos es su edad. El astro brasileño, para “tocarlo” en esta nota, nació en 1940 mientras que Diego lo hizo 20 años más tarde (1960) y Leo 27 años después que la Pelusa. Es decir que cuando el negro quemaba cartuchos con el Cosmos, Diego asombraba al planeta en el Mundial Juvenil de Japón (1979.
Cuando Pelé se iba aparece Maradona. Dos épocas distintas en un fútbol que evolucionaba como las transmisiones de televisión, para citar un solo ejemplo. En la cancha se jugaba a otra cosa cuando el brasileño alucinaba al mundo con su rapidez, excelente técnica y alto poder de definición. Diego, por su parte, incursiona en un medio deportivo más exigente, tanto dentro como afuera de la cancha, exhibiendo su riqueza técnica, liderazgo y capacidad. Todo un fenómeno deportivo y mediático.
Ninguno de los dos anteriores pudo cosechar, siendo inmensos como jugadores, lo que ha recibido el 10 del Barcelona en materia económica, lo cual marca otra diferencia. Por eso cada jugador merece un espacio y un análisis distinto y no se debe entrar en la línea de hacer comparaciones absurdas simplemente por una rencilla personal.
En materia de títulos, por continuar con este improductivo paralelo, Pele está arriba al ser tricampeón del mundo (58/62/70), mientras que Diego lo hizo en 1986 y Messi todavía no puede, aunque tiempo le sobra. Hay títulos de ligas y copas europeas conquistadas por los dos argentinos, pero a Diego le alcanzó el tiempo para deslumbrar el mundo con su clase, mientras que puso a los argentinos a sus pies. Leo, por su parte, se roba los aplausos de Europa y el mundo, mientras que en Argentina todavía esperan más de él. Pelé, para terminar, no salió de su país (cuando estaba pleno) y el mundo nunca lo olvido por ser, tal vez, uno de los primeros jugadores que unió al planeta entero en un concepto de superioridad absoluta. Hubo muchos jugadores que rodearon a cada una de estas estrellas en su tiempo, pero solamente ellos lograron marcar la diferencia para el gusto de la afición.
Messi es hoy uno de los delanteros más mediáticos no por su porte ni carisma. Todo lo contrario, este es un jugador que marca la diferencia por lo que sabe hacer con el balón en sus pies y en espacios reducidos, cosa que también hicieron en su momento, con sobrada capacidad y talento, los eternos 10 de la selección brasileña y argentina, aunque, repito, los conceptos de marca y la adecuación física de sus oponentes era menos de lo que se vive hoy.
Si Pelé se pasea por el mundo como Caballero de Honor (en Inglaterra), Ciudadano del Mundo (ONU) o Embajador Mundial (Unesco), fue cantante y actor sin futuro, y el “Pelusa” como un hombre de polémica e historias tristes que se mezclan con una adicción que al parecer ya rompió, unido al deseo de ser protagonista como presentador de televisión o técnico de fútbol, la “Pulga” todavía está vigente y con deseos de hacer grandes cosas. Por eso no podemos igualarlo con aquellos dos monstruos que hoy viven de los memorables recuerdos.
Leo pinta para grandes cosas porque tiene mucho más para dar, pero será él, sus equipos y compañeros de selección, los que le permitan construir una historia que supere a dos titanes que por espacio de tiempo, no se pueden comparar nunca, así queramos hacerlo de la manera más clara y equilibrada.
Gracias a Dios este deporte nos brinda la oportunidad de ver elementos de tanto talento (nunca pude ver a Pelé en acción), para que estas estériles polémicas se abran constantemente. Por eso don Julio debo decirle que se equivocó en su respetable comparación. Cuando uno quiere hacer éstos comentarios, debe ser en privado para que se respeten como tal, ya que una figura pública cuando lanza un dardo de semejante tamaño puede esperar que se le refute lo que en el fútbol es dominio de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario