martes, 6 de julio de 2010

Holanda a la final...DE "NARANJA MECANICA"...!NARANJAS!

Después de 32 años Holanda se instala en una final de la Copa del Mundo. Será Sudáfrica testigo de un nuevo intento holandés por llegar a la cúspide, solo que esta vez los tulipanes lucharán no solo contra la historia sino con un presente diametralmente opuesto porque de la legendaria Naranja Mecánica solo quedan algunos vestigios, si así se le pueden llamar.

Los 24 partidos invictos que llevan, incluyendo los 6 del evento orbital y los del proceso clasificatorio, deben tenerse en cuenta porque algo habrá, sin embargo los mismos no serán determinantes en una disputa por el título, eso está claro.

En esta ocasión el cuadro europeo partió su aventura en un grupo relativamente cómodo (E). Arrancó ganándole a Dinamarca (2/0), luego doblegó a Japón (1/0) y remató al conjunto de Camerún (2/1) Por historia, tradición y capacidad mucho más que sus rivales.

En Octavos de final despachó a Eslovaquia dos por uno, siendo éste un rival inesperado pues las probabilidades le apuntaban a una decepcionante Italia que nunca llegó. Pese a todo fueron sometidos a una dura prueba que por poco no pasan. Un paso más adelante sorprendió al mundo expulsando con una gran cuota de “fórmula H” a los brasileños y se instalaron en la final sumando una apretada victoria ante Uruguay tres goles por dos.

¿Apretada? Si, esa es la respuesta a su más reciente salida, simplemente porque no fueron superiores. Es más, terminaron apretando los dientes en los últimos minutos para no encajar el gol de la paridad, mientras que los charrúas pensaban en consumar lo impensable. Era como estudiar todo un ano y esperar aprobarlo con tres habilitaciones. De haberse dado esta locura no quedaban dudas que los dirigidos por Tabarez iban en la ruta a la vuelta olímpica.

Esta selección holandesa no se equipara con aquellas que han deslumbrado al mundo con su buen fútbol (1974 y 78). Ese tipo de selecciones que robaban el cariño del público extranjero basadas en un buen toque de pelota, maniobras exquisitas y juego vertiginoso; sin especulaciones, amplio en recursos y contundente. Tristemente no eran unos virtuosos en defensa y por allí pagaron caras sus ilusiones.

En Alemania’74 no fue el fútbol lo que les faltó para coronar, sino humildad. Era tanta la convicción, tanto el derroche de fútbol, que el técnico Rinus Michel se fue de la competencia por un par de días para atender algunos asuntos personales. Al final todo fue una verdadera debacle que se apartó de los pronósticos establecidos por lo visto en la cancha.

Cuatro años más tarde, en Argentina’78, la historia subraya que hubo algunos agentes externos que contribuyeron para que el equipo local se quedara con el trofeo, sin embargo en la cancha los argentinos ganaron bien. Ese era el partido que contaba y no la polémica de la clasificación.

Esta vez Holanda es un equipo súper sencillo con respecto a otros. Es, inclusive, inferior a las escuadras que participaron en el Mundial de 2006 o 1998 (faltó a Japón y Corea 2002), si se desglosa la calidad de sus figuras, la capacidad individual de sus componentes. Pese a todo ha resultado ser mas eficaz por su rendimiento colectivo. Tiene algunos elementos de buen nivel técnico (Sneijder, Robben etc), pero su mayor virtud radica en el sacrificio de todos. Aquí no hay grandes figuras, no abundan los caciques, pero hay una amplia gama de peones, de guerreros temerarios. Por eso no se le “arrugaron” a los cariocas y terminaron defendiendo su resultado, sin pena ni vergüenza; sin esperar muchos elogios pero aportando resultados que procuran concretar un deseo. Ellos saben lo que quieren y van en pos de ello. No les importará arrumarse todos en la línea de meta si ello significa salir campeones, tal vez por eso llegaron a esta instancia.

Si por fútbol fuera medido el nuevo campeón, basados en la eficacia y orden táctico, los anaranjados no pasarían la prueba. No juegan vistoso, aunque juegan bien y le cumplen a una afición que es lo mas importante. Si salieran campeones me sentiría desilusionado como amante a este deporte y hasta sería capaz de afirmar que un campeón con estos pergaminos puede ser justo para un evento que ha brillado por su discreción. No con esto niego que lo hecho por el combinado de Bert van Marwijk esté alejado, ni mucho menos, de unos códigos válidos dentro del deporte rey.

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