
Después de ganarle a Nigeria por la mínima diferencia y de mostrar fisuras en el sector posterior, el seleccionado argentino fue muy cuestionado por un sector de la prensa que no ha comulgado, desde el arranque, con los postulados tácticos de Diego Maradona. Que si hay que poner a fulano por derecha, quitar a zutano del medio, cambiar el posicionamiento de los hombres en la cancha, en fin...toda serie de apreciaciones. Es mas, en algún momento pensé ser el único que había visto algo bueno en el conjunto celeste. Para ser más claros, dudé haber observado el mismo partido que todos.
Ahora bien, después de la victoria de los coreanos sobre Grecia y las pinceladas que dieron los africanos en el debut, se podía pensar varias cosas: la primera tenía que ver con la superioridad en el grupo de los argentinos, así su rendimiento colectivo no fuera del ciento por ciento. Segundo, que la segunda casilla estaría entre las Águilas y los “ojirasgados” y que los griegos deberían conformarse con superar tanta mediocridad expuesta en su partido de apertura. Por ahí enfilaba los pronósticos.
Noventa minutos después las cosas quedaron así: Argentina apabulló a los coreanos 4x1 y los desgració por completo. Salieron con ganas de mostrar sus “garras” y lo expuesto les alcanzó para dos o tres maullidos, nada más. La figura de Gonzalo Higuaín dejó en completo desvelo a la mitad de los surcoreanos, mientras que sus coterráneos del norte se sentaron a reírse hasta la madrugada.
En la otra llave Nigeria demostró ser el peor de todos al ceder casi todas sus posibilidades ante los “troncos” de Grecia. Iniciaron ganando con un gol de Uche que demostró de qué estaban hechos sus rivales (un absurdo gol de tiro libre), pero terminaron envueltos en su misma simpleza deportiva y los dejaron tomar un segundo aire para que amarraran con orgullo los tres puntos que los mantiene vivos, no con fútbol ya que de eso saben muy poco.
Lo único malo para los griegos es que cierran con Argentina y es muy difícil que tengan con que superar a los australes, aunque con lo raro que es este deporte nadie sabe. Por ahí el Diego se antoja de darle descanso a algunas piezas claves y termínanos viendo un equipo distinto y un resultado alejado de los pronósticos y la realidad. Claro que mirando a la siguiente fase y al grupo de enseguida, el B, es bueno ver como van las cosas para no perder de vista el posible rival. En esos “pequeños” detalles radica el éxito de un torneo tan corto.
Ahora bien, si la “pulga” juega acompañada de diez más, el resultado será el mismo. Argentina ganó porque Higuaín la metió, pero la verdad es que de nuevo la presencia de Lionel marcó la diferencia cuando se conectó. Su calidad técnica, ese regate endiablado que posee; su visión de juego, el atrevimiento para encarar y romper lo hacen diferente, distinto. Todos los goles, aparte del primero, tienen en él al creador intelectual, lo demás fue el cumplimiento de las obligaciones. Higuaín, Agüero, Tévez etc, están para definir, pero solo Messi sabe crear. ¡Que jugador estamos viendo!.
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