
¿Sabe usted quién es Koban Coulibaly? Seguramente que no, es mas yo tampoco sabía quien era, pero después de su papel protagónico en el partido que Estados Unidos empató con Eslovenia a 2 goles, es imposible que este árbitro no forme parte del libro”negro” de las Copas del Mundo. Su desacierto, falta de criterio y personalidad, no solo generó un partido friccionado, sino que anuló un gol legítimo cuando faltaban cuatro minutos para concluir el encuentro y el marcador estaba igualado tras una espectacular remontada de los anglosajones.
Si el central pitó una falta de algún jugador norteamericano sobre uno eslovaco, porque esa fue la razón de la anulación del gol, entonces debió pitar por lo menos tres penales porque había cuatro jugadores azules amarrados totalmente por los defensores volcánicos. Además, para ser precisos, durante todo el partido esta fue la constante cada que hubo un tiro de esquina y la mayoría los cobró el equipo de Bradley. Eso llamaba la atención porque los jueces fueron advertidos por la FIFA de ser muy severos con esta mala costumbre que se practica en todas las canchas del mundo. La verdad es que fue fatal y triste ver a un incompetente de esta magnitud dirigiendo en una Copa del Mundo y ROBÁNDOLE, sin ningún tipo de vergüenza, el gol que ponía a los americanos como primeros del grupo, después de haber dado una muestra explicita de pundonor y respeto por la camiseta nacional.
Estados Unidos perdía porque la sorpresa fue el factor clave en los primeros 45 minutos. Un remate potente de Valter Birsa con pierna izquierda a los 13 minutos, dejó sembrado al guardameta Tim Howard y la pelota se anidó. Fue un gol bello por el gesto técnico y la fuerza del impacto.
Desde ese entonces los estaudinenses reaccionaron con propiedad y buscaron emparejar las cifras. Desafortunadamente su rival estaba bien plantado, jugaba bien sin ser vistoso y aprovechaba los espacios aportados en el fondo anglosajón cuando se jugaba en su terreno. Es por eso que en una maniobra de contra-ofensiva, aparece el segundo tanto por intermedio de Zlatan Ljubijankic finalizando el primer tiempo. Fue un gol bien procesado, hecho con respeto en el reglamento y definido con precisión.
Desde el arranque de la complementaria Estados Unidos fue mas, se entregó de lleno y metió a su rival atrás. Tres minutos después del arranque London Donovan marcó el descuento en una acción por derecha que terminó con un “misil” que pasó por encima del arquero Samir Handanovic quien apenas pudo protegerse detrás del palo de la mano izquierda.
Con ese gol tempranero el partido fue alegre y movido, hasta que por fin tanto esfuerzo se cristalizó en el tanto de la paridad a través de Michael Bradley cuando definió una combinación entre Donovan y Altidore (éste último centró de cabeza). Fue un gol hermoso, emotivo y justo por lo exhibido en la cancha.
Cuatro minutos más tarde llegaría la jugada que menciono anteriormente y el escándalo del que hoy se habla en todos los rincones del mundo. Ahora los norteamericanos se jugarán el todo por el todo ante Algeria que, en otra de las grandes sorpresas de la fecha, empató sin goles con Inglaterra.
El equipo africano, que había debutado con muchas dudas, se jugó un partido distinto contra los ingleses. Fue un conjunto muy aplicado en marca, rápido en salida y decidido a no perder. Por momentos dejó la sensación de ser superior al cuadro que orienta el italiano Fabio Capello (hoy cumplía 64 anos).
Los británicos se fueron frustrados, apretando los dientes de la rabia que sintieron ante la incapacidad de definir un partido que sobre el papel era “fácil”. Hoy su afición y la prensa se cuestiona si de verdad son tan favoritos como se pensaba al arranque de la prueba. Decir que Inglaterra fue inferior sería un improperio, pero asegurar que dominó el partido totalmente sería otro, pues no se puede ser dominador cuando hay ausencia de gol y el resultado que se busca no se concreta. Además el rival se defendió con clase y esa es la otra parte del fútbol que también se debe apreciar en la cancha.
Hablando de sorpresas, la primera de la jornada fue mundial. Alemania se fue a pique tras perder por la mínima diferencia con Serbia. El gol lo marcó Milan Jovanovic.
Digo que se fue a pique, no por el resultado, sino porque todas las virtudes que le aplaudimos después de golear a Australia no trascendieron en esta salida. Es cierto que Serbia es más que los australianos, pero nunca imaginé ver a una Alemania tan carente de ideas, imprecisa y sobre todo “atacada” por los nervios.
En este encuentro la figura de Lukas Podolski cobró singular importancia. Los aficionados no sabían si amarlo u odiarlo. Fue el que mas se mostró en ataque después de la expulsión irresponsable de Miroslav Close. Intentó sorprender de media distancia con su potente pegada, corrió todos los balones, buscó asociarse, pero fue infructuosa su labor. En algún momento, cuando se intentaba de todo, una mano de Kolarov en el área generó un penal claro y sin discusión. Lo cobró Podolski y el arquero Vladimir Stojkovic lo atajó convirtiéndolo en héroe, mientras los teutones se desplomaban moralmente. Ese gol le hubiera dado un ingrediente extra al partido.
Al final Serbia supo manejar el resultado, jugó con el desespero de su rival y ahora espera definir sus opciones en el próximo partido contra Australia que enfrenta a Ghana. Los africanos tienen en sus pies la posibilidad de asegurar el tiquete a la siguiente fase pues en su última salida se medirán a unos alemanes que llegan lastimados de muerte. Por eso deben ganarle si o si a los australianos y esperar resistir la arremetida teutona. Ahora bien, si Australia le gana a los africanos, entonces la fecha de cierre será de pronostico reservado, pues se estaría dando una situación que ni los mas expertos hubieran vaticinado. Veremos que pasa.
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