miércoles, 23 de junio de 2010

USA PIENSA EN GHANA...R, ALEMANIA E INGLATERRA EN SU SUERTE


Cuando el señor Peter Hermans (Bélgica), marcó en fuera de juego el gol convertido por Clint Dempsey al minuto 20 del partido, pensé que algo andaba mal. No era justo que de nuevo se equivocaran en contra del equipo norteamericano, especialmente en una instancia tan crucial.

Con el pasar del tiempo, el ritmo del partido y las múltiples acciones desperdiciadas, la sanción de ese gol se hacia inmensa. Según mi visión, el volante anglosajón está en línea con el defensor africano, o quizás medio pie afuera (queda la duda), pero para casi toda la prensa deportiva estaba en línea y el gol era válido.

Al final, cuando toda parecía cerrarse para los americanos, surgió la figura de London Donovan que definió un balón que flotaba en el área tras una jugada que él mismo inicio en tres cuartos de cancha y que continúo en los botines de Altidore. Fue un golazo por lo que significó en las aspiraciones del equipo.

Los aficionados lloraban, los jugadores, los seguidores algerianos, el técnico Bradley y su comitiva, en fin todo aquel que llevara la camiseta norteamericana enfundada brincaba de alegría pues la hazaña de avanzar, y ser primero en el grupo, se concretaba en el tiempo de descuento, después de haberse tirado al traste cualquier cantidad de opciones a lo largo del partido.

El gol, mas allá de su dramatismo, resultó un premio justo para un equipo que nunca se ha rendido y que por el contrario ha batallado sin descansar.
Lo mejor es que la victoria borró la imagen del gol que menciono, pues un paneo por los principales medios de América y el mundo sugieren que el árbitro Frank Deebleckere se equivocó. Sin embargo, para despejar la duda revisé el reglamento, y me encontré en la página 36 el siguiente enunciado:

“Decisión 1
En la definición de la posición de fuera de juego, “más cerca de la línea de meta contraria” significa que cualquier parte de su cabeza, cuerpo o pies está más cercana a la línea de meta contraria que el balón y el penúltimo adversario. Los brazos no se incluyen en esta definición”.


Después de leer lo anterior, concluí que estaba equivocado, pues la regla es precisa y la verdad es que Dempsey tenía medio pie mas adelante (así haya sido un cuarto, un pedacito, pero estaba superando el del rival).

Parece estúpido y tal vez poco nos fijamos en eso, pero el reglamento es claro y no admite discusión: no hubo gol y fue bien sancionado por un auxiliar con ojos de “águila”. Menos mal que Estados Unidos ganó, como haya sido, pero ganó sino este sería la comidilla a esta hora de la noche.

Ahora el equipo de Bradley espera a Ghana que, pese a perder con Alemania, se convirtió en el único clasificado por el Continente Negro. El duelo está programado para el sábado a las dos de la tarde.

Mirando al rival, sin menospreciarlo, puede resultar mejor enfrentar a los ghaneses que a una Alemania herida y con amnesia deportiva (la recuperará muy pronto). El solo hecho de no existir muchos antecedentes entre ambos sugiere que estamos a puertas de ver un partido agradable y quizás con mucha cuota de dramatismo una vez más.

Alemania, que no fue primera ni clasificó en “coche” como la mayoría pensaba, ahora debe medirse con Inglaterra en una final adelantada. Ambos equipo avanzaron después de cosechar la mínima diferencia ante los africanos y eslovenios respectivamente. Parecían gemelos ante la angustia, pero el esfuerzo no daba los mejores frutos. Quisieron más pero también fueron vulnerables y quedaron al descubierto gruesas grietas que tiene que ser resanadas lo más pronto posible. Es como si los dos oncenos estuvieran caminando por el mismo sendero pero en sentido contrario, por eso se encontraron cuando pocos apostaban a este duelo en la siguiente ronda.

Ahora podemos decir que alguno de estos dos favoritos no será campeón del mundo, como tenía que suceder eventualmente, pero se adelantaron a los pronósticos. Lo peor, para ambas escuadras, es que tienen tanta presión y tan poco fútbol (dicen muchos), que saldrá avante el primero que recupere la memoria pues jugadores de primer nivel les sobra.

Serbia se despidió en un partido donde no dependía de nada (el solo empate los hacia avanzar) y se rindieron ante un representativo de Australia que luchaba por el honor prácticamente. Dos por uno fue el resultado final y pese a la insistencia, las ganas y algunas maniobras de buen fútbol, que por momento desarrollaron los serbios. Botaron hasta el empate a minutos del final, pero ya no hay tiempo para lamentarse pues mañana se regresan a casa como premio a la incapacidad.

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