Un total de cinco goles, el primer autogol, el primer cambio de arquero y la ausencia de buen fútbol (el que gusta a la retina), dejó la fecha de este lunes en la Copa del Mundo.
En la jornada de hoy debutó Holanda a primera hora, derrotando 2-0 a su similar de Dinamarca. Los daneses, que de nuevo jugaron a lo que saben hacer, se dieron el “gusto” de marcar el primer gol en este Mundial, lo que abrió el camino de la victoria para la Naranja Mecánica que mas bien, por el agotamiento de su componentes, parecía una “naranja exprimida”
Daniel Agger, defensa danés, cambió la trayectoria del balón ante un remate defectuoso de su compañero Simon Paulse, permitiendo que los holandeses tomaran un segundo aire y terminaran no solo manejando el resultado, sino el partido ante la ausencia de ideas de Dinamarca. Sigue sin brillar en Europa, aparte de los alemanes, un equipo que marque la diferencia.
Otro que debutó fue Japón, esta vez ante Camerún. El conjunto asiático se queda con la victoria por la mínima diferencia, tras el gol de su volante ofensivo Keisuke Honda, quien aprovechó un error defensivo de los africanos que terminó en su botín izquierdo, el cual depositó la pelota con sutileza y precisión samurai.
Los nipones, que dicen tener condiciones para instalarse en la semifinales (por lo menos así lo expresó su técnico Takeshi Okada), fueron muy dinámicos en todas sus líneas, atentos en marca y decididos en la recuperación, pero tampoco se destacaron por ser brillantes o tener jugadores de calidad excelsa. Con lo mostrado en su debut les alcanza para la siguiente fase, y eso que no sabemos. Para semifinales tienen que dar mucho, pero mucho más.
En uno de los partidos más importantes de la jornada, por lo menos para nosotros, Italia le empató a Paraguay a un tanto. Antolin Alcaraz, al final considerado la figura del partido por los paraguayos, y Daniele De Rossi fueron los autores de ambas anotaciones.
Recuerdo todavía las declaraciones de Gennaro Gatusso hace un par de días en rueda de prensa. Hablaba con comodidad, sin pretensiones y consideraba a los guaraníes como un rival duro y complicado. Ahora bien, por su expresión se veía relajado y era difícil creerle lo que decía, como sucede con muchos futbolistas y técnicos que siempre repiten y repiten lo mismo. Es mas, los aficionados y la prensa deportiva azzurra daban como seguro los tres puntos del arranque. Es que por historia, mercado y tradición mundialista los italianos son “mas” que los paraguayos, solo que en esta ocasión el equipo del Tata Martino fue tan aplicado como en el proceso clasificatorio y sin generar mucho fue preciso en la opción del gol. Su capacidad física es admirable y el rendimiento colectivo fue determinante para poner en jaque a los campeones mundiales.
No se puede discutir que los italianos con su juego mecánico y repetido resultan agotadores. Su desmedida resistencia agota las reservas de oxigeno de cualquier equipo mal preparado. Son incesantes en la marca y se multiplican en la recuperación de manera magistral. Su aplicación táctica es loable y su vergüenza deportiva se destaca, pero esta vez no les alcanzó para superar a un rival que se plantó como David ante Goliat.
El resultado, aparte de justo, deja en el grupo un sabor agradable pues la incertidumbre se apodera ahora de todos sus componentes. Veremos qué pasa.
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