
Para iniciar subrayo que este artículo lo elaboré tomando como referencia las primeras 15 fechas del Torneo Finalización 2008, donde solo el Deportes Tolima ha logrado su cupo a los cuadrangulares finales. De ahí en adelante cualquier cosa puede suceder en un torneo donde las predicciones resultan atrevidas (sino miren lo que sucedió el fin de semana).
Desde que la televisión se añadió al fútbol, y los colombianos engrosamos esa lista (aunque fuera tarde), seguir el rentado cafetero no solo es más fácil, sino angustioso. Cuando los apresurados dedos se mueven magistralmente por los teclados del control remoto, revisando las franjas deportivas que brindan las antenas parabólicas, pasar por Italia, Inglaterra, México, Argentina, resulta casi una obligación para los amantes de este deporte. De allí en adelante detenerse en Colombia, Chile, Paraguay, Uruguay, Ecuador o algún país de Centro América, es una opción que se toma por nacionalismo, no porque el espectáculo sea brillante.
Mas allá de lo qué piense los respetables comentaristas deportivos, la verdad es que el campeonato colombiano no es tan malo como algunos pretenden, ni tan buenos como muchos lo quieren hacer ver. Es simplemente ¡mediocre!.
Upssss!...Ahora que lo menciono, y que sé como somos de susceptibles cuando nos dicen algo que nos queremos oír, reafirmo mi opinión al respecto pero aclarando que el concepto de mediocre, para términos de esta nota, significa de “calidad media” como lo observo en el diccionario de la Academia de la lengua. La siguiente definición (de poco mérito, tirando a malo) resultará como añadidura a tantos desaciertos y necesidades, pero sobre todo a la ausencia absoluta de directivos con formación.
La MLS, tan criticada y menospreciada en Sur América (los centroamericanos piensan lo contrario), siendo un torneo muy joven, con apenas 12 años, se mantiene creciendo progresivamente y debe servir de ejemplo no solo en la parte deportiva sino en la formativa, sin omitir la rama administrativa que trabaja con visión y convicción. Por eso, en algún momento, verá cristalizado su trabajo gracias a que la parte monetaria no representa ningún problema por el sólido respaldo comercial que tiene y una media de 12 mil aficionados por partido, algo que no sucede en muchas ligas del continente.
ALGUNOS NUMEROS
Pero miremos algunos números para ratificar la perspectiva tomada. En Colombia hasta la fecha 15 del Torneo Mustang 2, repito, Deportes Tolima dormía tranquilo por ser el único conjunto clasificado a la siguiente fase del campeonato. El cuadro musical lograba esto con 29 puntos de 45 posibles, lo que representa un rendimiento del 64%, y solo 20 goles anotados, para una media de 1.3 por partido. Deportivo Cali, que era el segundo, se mantenía con un 55% de rendimiento y un promedio de efectividad de 1.8 goles por encuentro, mientras que Deportivo Pereira, que hasta aquí era octavo con 23 unidades y un 51% de rendimiento, ahora es tercero tras ganarle a Santa Fe el fin de semana. De igual manera es difícil comprender como Junior y el cuadro Matecaña, que se fajan por no caer en la zona del descenso o promoción, estén a punto de avanzar al segundo “round” del torneo y por ahí, como son las cosas, hasta uno de ellos salga campeón. Nadie puede decir que es un atrevimiento pensar algo así, ya que hasta hace poco el Atlético Huila estuvo en una situación similar.
Sí la irregularidad y el bajo rendimiento no fueran unas constantes, como resultado de plantillas de poco peso, carentes de figuras y en muchos casos económicas, así no las paguen puntualmente, que es otro problema, el conjunto barranquillero no estaría peleando por ir a la B, al igual que en su momento lo hicieron históricos como América, Santa Fe, Medellín y hasta el laureado cuadro embajador de la capital del país. A este punto vale la pena preguntar ¿dónde están los súper equipos?
LOS SUPER EQUIPOS
En los últimos ocho años los equipos que han ascendido se han quedado no por su potencial sino por ser tan discretos como los de la primera división, incluyendo los “grandes” clubes. Seguros la Equidad llegó y se quedó sin problemas. Lo mismo sucedió con Chicó y un Cúcuta Deportivo que, habiendo pertenecido a la liga mayor por muchos años, donde siempre estuvo entre los coleros, antes de ir a la B por diez temporadas, sorpresivamente regresa a la primera división para coronarse campeón en la segunda fase de 2006 y luego representarnos en la Copa Libertadores como lo hará el cuadro boyacense a pesar de ser casi un aborto como institución deportiva. Pasto y Envigado forman parte de esta camada, no lo olvidemos.
UNA HISTORIA OLVIDADA
Revisando la historia del profesionalismo nacional, notamos que salvo Once Caldas en 1950, Quindío en el 56, Unión Magdalena en el 68 y Junior en el 77, los primeros 30 años de cosecha le pertenecieron a Millonarios (11 veces), Santa Fe (6), Deportivo Cali (5), Nacional (3) y Medellín (2), respectivamente. De ahí en adelante, cuando el narcotráfico se filtra en el rentado doméstico y se genera aquella “guerra de poderes” a través del deporte, América de Cali (en 8 veces) Atlético Nacional (3), Millonarios (2), Junior (3) y Deportivo Cali (2), se reparten los siguientes 20 años de historia (recordemos que tiburones y azucareros eran los “buenos” de aquella sucia confrontación).
Los siguientes nombres –del 98 hasta el presente- que se desprenden del cuadro histórico de campeones, simplemente permite observar que tras medio siglo de actividades, mas allá de los factores extradeportivos, la supremacía se repartía en un grupo de equipos reconocidos desde el comienzo. Sin embargo, con la implementación de los dos campeonatos anuales (desde 2001), tras la desaparición de los capitales dudosos, y porque el interés de la afición se había perdido con el desarrollo de torneos largos y fatigosos, se generó un caos deportivo y económico que hoy permite a cualquiera, con un mínimo esfuerzo, como le sucedió al onceno “motilón” con una nómina de veteranos, aspirar a ser el monarca nacional.
LA IDENTIDAD FUTBOLISTICA
El ritmo lento de los partidos, la exagerada tenencia de la pelota, que por momentos resulta especulativa y viciosa, así muchos lo califiquen como identidad futbolística, eso sin olvidar la escasa profundidad, ponen a sufrir, sino a bostezar, a quienes fieles seguimos los dos o tres partidos de la fecha que podemos ver, olvidándonos de las burlas de nuestros amigos de otros países que, solidariamente, nos acompañan a seguir el compromiso.
Todavía recuerdo como Fabio Capello, el hoy flamante técnico de la selección inglesa, pero en aquel entonces reemplazando a Arrigo Sachi en la conducción del AC Milán, se enojó años atrás cuando vino a Cali e intentó mover las reservas del cuadro verdiblanco para demostrar lo que había explicado en el tablero. A los 10 minutos tiró la práctica y se retiró muy molesto porque no entendía cuál era la “manía” de los jugadores por jugar atrás. No se explicaba porqué la tendencia a pausar el juego, cuando la idea era proponer una salida vertiginosa y sorpresiva.
Tal vez muchos quieran negar verdades o simplemente les encanta camuflarlas bajo el manto de la resignación porque “no hay más”. Sin embargo, para ser consistentes con lo expuesto, es hora de aceptar que lo hecho en casa es tan flojo como el escaso fútbol de la selección en las Eliminatorias. Por eso ajustamos 10 años sin ir a un Mundial y quién sabe lo que pueda pasar en la recta final para Sudáfrica 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario