Alemania, Brasil, Francia o España, las apuestas están divididas. Lo cierto es que el conjunto teutón está en esa carpeta de favoritos y de allí no los baja nadie. No han tenido la mejor fase de preparación antes del Mundial, pero eso no influye para descalificarlos. No solo son los campeones del mundo, sino que se pasearon por Europa goleando a su antojo en la fase de clasificación. En partidos de alta exigencia y con la prioridad de ganar, Alemania es un seleccionado temible, con un fútbol simple, frontal y letal. Uno de los llamados a recoger el trofeo dentro de un mes y que a nadie le quede duda.
El segundo lugar, en la lista de favoritos, está entre mexicanos y suecos. El colectivo de Juan Carlos Osorio sigue, como siempre, generando todo tipo de pasiones y noticias. Sin embargo, en lo deportivo, es un combinado que ofrece muchas alternativas. El hecho de no tener una base fija y permanente es lo que más malestar genera, pero al final el técnico colombiano se la jugará por lo que ha sido su constante de trabajo. Adecuar, de acuerdo con los recursos, a aquellos jugadores que mejor se acondicionen al rival de turno y apuntarle a la victoria.
Suecia, por su lado, viene con el rótulo de amargarle la fiesta a los italianos y dejarlos viendo el Mundial por televisión. Sabe lo que es ganarles a rivales de gran envergadura como Francia y Holanda, también en el proceso clasificatorio. Su mayor virtud radica en la defensa sólida que posee. En la zona media muerden demasiado y resulta un rival sumamente incómodo para enfrentar. Tal vez, por su estilo, puede ser el enemigo más complicado para los alemanes.
Corea del Sur, para rematar, no es un invitado nuevo, pero como siempre son pocas las opciones que se le ven. Su juego se basa en la multiplicación de esfuerzos, pero sigue siendo un equipo que le falta peso, talla y fútbol para aspirar a ser protagonista, mas allá de la vergüenza deportiva que dejan en cada confrontación.
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