miércoles, 2 de mayo de 2018

El video: gran invitado para el Mundial de los rusos




Al Mundial de Rusia llega un gran invitado, esperado por muchos y resistido por otros: el Asistente de Video para los Árbitros (AVA) o VAR (por sus siglas en inglés).

Por primera vez en la historia de este deporte, la FIFA ha decidido que el video haga parte de la competición después de muchos meses de estudio y correcciones, de análisis y conclusiones, pese a que aún hay sectores que lo ven como un factor en contra y no a favor (que pobreza de criterio).

La gran verdad es que, con este apoyo tecnológico, existe ahora la posibilidad de ver un Mundial más limpio y claro, sin malicia y alejado de comentarios dañinos, como pudo suceder con la antigua administración de la rectora mundial. Sí, ese organismo que fue dirigido por un grupo de ejecutivos ávaros y pervertidos que se lucraron amañando competiciones y resultados por muchos años, sin vergüenza ni pudor. De allí que, en procura de la transparencia, la presidencia del suizo Gianni Vincenzo Infantino, le haya apostado a la tecnología y su aporte concluyente.

Si bien estos avances eran impensados años atrás, es claro que desde hace tres o cuatro Mundiales hubiera podido ser incluido para corregir conductas y decisiones inadecuadas, pero siempre fue resistido por las directivas del organismo rector en su momento.

Los puristas se pueden quedar con el malestar, protestar lo que quieran, pero el VAR llegó para quedarse y si bien existen algunas asociaciones que no le han visto lo bueno (como la UEFA), el balance general obliga a que el video siga siendo un participante clave de aquí en adelante, por lo menos cuando del torneo orbital se trate.

En una sala especial, donde se reunirán cuatro árbitros FIFA, se podrán apreciar varios monitores al mismo tiempo para evaluar aquellas situaciones que lo ameriten (dos de las cámaras serán exclusiva de la FIFA para analizar los fuera de juego). Goles con la mano, pelotas que crucen o no la raya de gol, jugadas descalificadoras, faltas fingidas (como le hubiera servido esto a los mexicanos en el Mundial pasado), y muchas más situaciones más, serán corregidas en el acto y no después a través de la polémica o el silencio culposo donde la impunidad se alza victoriosa y la amargura e injusticia cobra vigencia.

No sé por qué les preocupa tanto a los detractores de esta medida la pérdida de tiempo que pueda haber cuando el árbitro reciba la asistencia para corregir una situación, si los jugadores, cuando les da la gana, son especialistas en detener el reloj. Se ha comprobado que el central no perderá más que unos pocos minutos por jugada que amerite revisión (los mismos que desperdicia un jugador que finge estar lesionado), eliminando la responsabilidad y suspicacia que generan los árbitros cuando se equivocan sin mala intención. Esto ayudará a que los jugadores dejen de fingir, de pegar a escondidas y de protestar lo que no deben.

El VAR es una garantía por donde quiera que se le mire y es un ingrediente más de la nueva cultura deportiva que debe tener el fútbol de cara al futuro, para evitar que las mafias de este deporte (porque existen), le roben al aficionado lo único que les queda: ver partidos honestos y liberados de tanta majadería a la que han llegado directivos, árbitros y jugadores. ¡Juego limpio, por favor! Y usted...qué opina?

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