Todavía con el recuerdo de la humillante
goleada en el Mundial de 2014, donde se fueron con siete goles en contra y
sumergidos en un mar de dudas, los alemanes eran, hasta hace un par de meses,
los máximos favoritos para revalidar su título orbital y convertirse, de paso,
en la segunda escuadra que alcanza el máximo trofeo por quinta ocasión después
de los cariocas.
Sin embargo, un gol de Gabriel de Jesús,
al minuto 37 de aquel duelo amistoso, que se jugó con ahínco, cambió la
perspectiva de todos. Hasta ese día (27 de marzo, en Berlín), muchos le
apostaban de nuevo a los alemanes, pero se encontraron con un equipo
suramericano muy fuerte, veloz y con una férrea defensa. La derrota no solo
calló a los aficionados locales, sino que abrió serias dudas sobre la
imbatibilidad de los teutones, que se habían paseado tranquilamente por todas
las canchas europeas repartiendo goles y más goles, sin ruborizarse, en el
proceso clasificatorio.
El Brasil de Tite, el ex técnico de Corinthians,
no solo juega bien, sino que es compacto línea por línea. Aunque suene curioso,
esta selección se defiende con mucho orden y precisión. Es difícil marcarle un
gol y allí radica cualquier diferencia con el pasado. Antes se suponía que la
gran ventaja de los brasileños radicaba en su artillería y por allí compensaban
su debilidad en el fondo, pero esta vez no es así para aviso de todos.
No se puede olvidar la manera holgada como
logró su cupo al Mundial. Fue, después de Rusia, la primera escuadra en
lograrlo y de paso no fallarle a la historia.
Ganó las Eliminatorias cómodamente con 41
puntos, perdiendo solo con Chile. En total sumó 41 puntos en 18 partidos
jugados para un promedio del 80% de rendimiento; marcó 41 goles y solo recibió
11 para una media de 2,27 goles por partido en ataque y 0.61 en defensa.
Uruguay, que fue segundo, quedó a 10 puntos de diferencia, algo que evidencia
el gran abismo que hubo entre la canarinha y los demás.
Como ya se acotó, solo perdió con chile de
visitante 2x0 en la apertura de la ronda de clasificación, y empató con
Argentina de visitante (1x1), Uruguay de local (2x2) y Paraguay 2x2; luego
recuperaría lo perdido en casa ante los uruguayos goleándolos 1x4 de visitante,
a los gauchos les metió tres de local y lo propio hizo con los guaraníes.
También igualó a cero con Bolivia en la Paz, pero ya la habían asegurado en
casa con un 5x0 contundente. A los chilenos los despacharon en el duelo de
vuelta 3x0 y fue a Barranquilla para empatar con Colombia (ya le habían ganado
2x1 de locales).
La nómina es de lujo y con elementos
rendidores. Los arqueros serán Alisson (Roma), Ederson (Manchester City),
Cassio (Corinthians Sao Paulo), siendo el primero el titular indiscutido. Un
meta de manos seguras, sólido por el aire y de grandes reflejos.
En la defensa aparecen Miranda (Inter
Milán), Marquinhos y Thiago Silva (ambos del Paris Saint-Germain), Marcelo
(Real Madrid), Filipe Luis (Atlético Madrid), Fagner (Corinthians), Pedro
Geromel (Gremio), Danilo (Manchester City). Se extrañará la presencia de Dani
Alves quien, por su lesión en partido de liga, quedó privado de poder asistir,
siendo una baja importante por su experiencia y capacidad.
En la zona media, donde no se debe
destacar la capacidad de creación, sino la tenacidad para morder y cerrar, las
opciones son Casemiro (Real Madrid), Fernandinho (Manchester City), Paulinho
(FC Barcelona), Renato Augusto (Beijing Guoan), Philippe Coutinho (FC
Barcelona), Willian (Chelsea), Fred (Shakhtar Donetsk).
Y adelante, donde los que están saben lo
que tienen que hacer cuando les regalan el milímetro que buscan, la lista está
conformada por Gabriel Jesus (Manchester City), Roberto Firmino (Liverpool),
Douglas Costa (Juventus), Taison (Shakhtar Donetsk) y la super figura de Neymar
(Paris Saint-Germain).
Con todo estos componentes, bien mezclados
y decididos a buscar la gloria, Brasil no solo tiene los deseos sino el arsenal
suficiente para lograr su sexto trofeo ecuménico. No quedan dudas de que es el
máximo favorito y que solo Alemania aparece como el único rival que pudiera
evitarlo. En la previa, muchos aseguran que esto no amerita discusión.
Amanecerá y veremos.
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