Se jugó la primera fecha de la temporada 2018 de la MLS y Orlando City Soccer arrancó cediendo puntos en casa. Esta vez contra un apagado DC United que se fue satisfecho por sumar, aunque un poco frustrado porque estuvio a pocos minutos de sumar completo en un estadio repleto de fe y esperanza como ha sucedido desde que los Leones llegaron a la rama profesional.
Al minuto 93 un tal Stefano
Pinho, de 27 años, nacido en Brasil y debutante en la liga profesional, le dio a
Orlando City la posibilidad de igualar un partido sumamente enredado ante los capitalinos en el inicio de la temporada 2018.
El cuadro púrpura es otro,
lleno de jugadores nuevos y con deseos de hacer bien las cosas. Ojalá todo esto
se traduzca en resultados positivos porque, para ser claros, lo visto el sábado
anterior no aporta nada como para atreverse a pronosticar y lejos de ser una celebración
lograr el agónico empate, debe ser un campanazo de alerta para evitar que la
localía no pese cuando de sumar se trata, especialmente si se tiene en cuenta
que las posibilidades de avanzar a una serie de postemporada siempre se han
quedado en el gramado de casa donde ganar, históricamente, resulta complicado.
Ahora vamos por partes. En
primera instancia se debe decir que el visitante tampoco aportó cosas que
impresionaran. Un equipo sencillo, sin una figura rutilante, por momentos
resignado, pero con una cuota alta de sacrificio que enredó todo el partido.
Eso es todo lo que diré de un visitante que, como tantas otras veces, se fue
celebrando un punto de visitante el cual sí vale.
En segunda instancia,
mencionaré que los locales tuvieron el balón, dieron muestras de pundonor sus
integrantes, pero claramente están en un proceso de acople. Solo Justin Meram
demostró que es un jugador de otro nivel y que será clave en cualquier aspiración.
En casa solo quedan los
recuerdos, buenos o malos, de Brek Shea (Vancouver), Carlos Rivas (Red Bulls), Rafael
Ramos (Chicago Fire), Servando Carrasco (Los Ángeles), Tommy Radding (Red
Bull), Jose Ajá (Vancouver), entre otros, o Cyle Larin quien se fugó al
Besiktas de Turquía, siendo el goleador del equipo, ante el malestar de los
directivos.
Lo cierto es que Orlando,
entre el año pasado y la temporada que recién inició, tiene una plantilla
renovada con respecto a la de cuatro años atrás, entre los cuales sobrevive el
colombiano Cristian Higuita (quien al parecer no verá muchos partidos) y un
cuerpo técnico que le apunta al protagonismo mas allá de que se le pueda creer
o no.
En el partido de apertura hubo
varias cosas para destacar. Una de ellas la titularidad de Bendik como portero
quien fue figura como siempre, no solo por atajar un penal sino por sus felinos
reflejos, omitiendo que en el gol del visitante se comió los amagues en el área
sin referenciar el balón cuando fue cobrado por Yamil Asad desde la izquierda.
La defensa dejó ver a
Spector como líder de la misma y el sacrificio del libanés Mohamed El-Munir
para destacar. Por lo demás nada que impresionara.
En la zona media un “carro
loco”, también brasileño, llamado Victor Giro, quien se mueve con rapidez, pero
por momentos con torpeza, es el pilar de la contención. Es bravo, aguerrido,
pero le falta dosificarse en sus desplazamientos. No es más que Carrasco, pero
le gusta al técnico, por eso hoy juega en Orlando mientras que el otro lo hace
con los querubines del oeste.
El peruano Yoshimar Yotún
tiene porte, es claro, dio pinceladas de ser un buen socio, pero no es el
cerebro. El dueño de esa posición (y quien hará olvidar a Kaká), es Sacha
Klejstan, uno de los mejores volantes ofensivos de la liga y quien era una de
las figuras de Red Bull sin lugar a dudas. Por eso no caben dudas que la
sociedad con Meram dará muy buenos resultados, siempre y cuando tengan el
respaldo del resto de la plantilla.
Otros nuevos componentes,
como el joven Chris Mueller, ya tendrán su oportunidad de ser evaluados a
profundidad con el correr de los partidos. Por el momento solo queda seguirlos
con detenimiento.
En cuanto al partido diremos algunas cosas. La primera de ellas es que no se puede terminar apretando los dientes cuando se juega de local. Es emocionante, cierto, pero en casa se necesita un equipo contundente para ser precisos. Que lo entienda el cuerpo técnico, los jugadores y el resto del personal. No se pueden maquillar actuaciones o resultados flojos, ya no más. Es hora de asumir compromisos de equipo grande y sobre todo serio. Para eso tienen una afición incondicional.
Lo otro es que el árbitro
fue cuestionado y censurado por sus decisiones, especialmente las que apreció
en el video. Sin embargo, para ser justos, acertó en las dos. En la primera fue
mano clara de Will Johnson, con o sin intención, pero no ajustada al cuerpo y
penal respetando el reglamento.
La expulsión de Giro no es
para discutir. No la vio el central en primera instancia, pero repasando las imágenes
llegó a una conclusión drástica pero certera: expulsión. Un jugador que saque
el brazo como lo hizo el volante púrpura, solo con la intención de pegar, lo
cual es claro, se tiene que ir por juego violento, sin atenuantes. Gústele o no
a la afición local.
Ya pasó el debut y algunas
dudas quedan. Todavía no se puede ser letal en las observaciones y
cuestionamientos, pero dejo en claro que desde esta columna Orlando recibirá el
respaldo y los elogios que merezca cuando haga las cosas bien, pero vamos a señalar
sus errores sin compadrazgos ni mentiras. Esto no le gusta mucho a los
directivos y a la jefatura de prensa, pero es por el bienestar de quienes pagan
las taquillas.
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