sábado, 9 de mayo de 2015

Con errores y aciertos NE y OCS dividen honores en el Citrus Bowl


En un partido intenso, lleno de errores y cuatro goles, dos por bando, Orlando City y Nueva Inglaterra dividieron puntos en el Citrus Bowl ante poco más de 27 mil aficionados, lo que mantiene al conjunto revolucionario en los primeros lugares del acumulado y al equipo de la capital de la fantasía luchando por un cupo entre el selecto grupo de los seis de donde ha sido removido parcialmente.

No se puede decir que haya sido un encuentro brillante, de buen fútbol y cargado de opciones de gol. Lo que sí se puede añadir fue que hasta el último minuto la confrontación fue intensa y emotiva tras ver como los leones igualaban las cifras después de ir dos goles por debajo.

Se debe hablar de errores porque en los cuatro tantos hay complicidad de los defensores de ambos equipos. Los Revolucionarios abrieron el marcador al minuto 19 en una jugada rápida por derecha. Scott Caldwell asiste a su compañero Charlie Davies quien logra generar una diagonal hacia adentro ante la pasividad de Seb Haines y Collin. El delantero, que anida por cuarto partido consecutivo, no perdonó la ventaja y fusiló a Ricketts quien poco pudo hacer para evitar la caída.

El dos por cero parcial (y que parecía lapidario), nace en el minuto 70 por el sector derecho del visitante. Fue un pase de casi 40 metros que despachó London Woodberry desde la línea divisoria, en un intento por buscar a Kelin Rowe quien apenas llevaba diez minutos en la cancha  tras reemplazar a Davies.

El balón parecía intrascendente porque Collin y el portugués Rafael Ramos estaban perfilados referenciando el balón. Sin embargo, el lateral derecho no advirtió que Rowe se movía a sus espaldas, no estaba en el radar del defensor y en un intento por regresar al esférico al arquero, con el pecho, le sirve un pase al atacante de Boston quien concreto. Era su partido número 100 como profesional de la MLS y que mejor que hacerlo aprovechando un regalo de esta magnitud. Fue un error pecaminoso de Ramos quien ya suma dos devoluciones en falso que terminan en goles para su meta.

Entre el minuto 70 y 75 suceden dos errores tácticos que decantan en el gol del descuento. A los 72 minutos, el técnico Jay Heaps manda a la cancha al veterano Kevin Alston en reemplazo del único atacante (Juan Agudelo). Esta inclusión, que buscaba dejar a Teal Bunbury en punta y fortalecer la recuperación en la mitad para manejar el resultado, no dio sus frutos porque de ahí en adelante Ramos encontró un corredor por donde penetrar la zaga visitante. Hasta ese entonces resultaba casi que impenetrable la muralla dispuesta. Es en una de las repetidas acciones, tras una buena jugada de Kaká, que Ramos de nuevo se acomoda y sirve al área para que Cyle Larin le ganara en el salto a Jermaine Jones y con un buen frentazo diera el descuento para el local en un momento clave porque mete de nuevo a su equipo en el partido.

El otro error táctico que permite la paridad, es que Heaps no se da cuenta o no entiende, que lo empiezan a atacar con balones cruzados y que Jones se había mostrado desacertado en su labor como central (es volante de marca por naturaleza). En acciones previas ya lo habían incomodado y pese a gritar y tratar de organizar a sus compañeros, sus imprecisiones afectaron al equipo.

Tras renunciar Nueva Inglaterra al buen libreto exhibido en la primera fracción y el arranque de la complementaria, Orlando se anima y mejora la actitud en procura de la paridad. No era un equipo muy claro en la tenencia del útil y Kaká, que había sido incomodado todo el partido, lo mismo que Brek Shea, intentaba levantar su equipo.

A falta de un minuto para terminar el tiempo reglamentario, una falta sobre derecha permite que el estelar carioca sirva el esférico al área y en el despeje impreciso de la defensa el útil queda flotando por izquierda para que Luke Boden (quien estaba sumado al ataque), lo levantara de nuevo y fue entonces cuando apareció la frente limpia y decida de Collin quien la puso arriba y adentro. Fue la locura total para los aficionados y el técnico Heath quien lo celebró a todo pulmón.

El resultado definitivo se antoja justo porque si bien Orlando recuperó la vergüenza y se entregó totalmente, Nueva Inglaterra pagó caro la osadía de creer que el duelo estaba resuelto y se dedicó a defenderlo sin recordar que había fisuras en zonas neurálgicas de la doble línea de cuatro que dispuso a 20 minutos del final.


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