En un partido
intenso, lleno de errores y cuatro goles, dos por bando, Orlando City y Nueva
Inglaterra dividieron puntos en el Citrus Bowl ante poco más de 27 mil
aficionados, lo que mantiene al conjunto revolucionario en los primeros lugares
del acumulado y al equipo de la capital de la fantasía luchando por un cupo
entre el selecto grupo de los seis de donde ha sido removido parcialmente.
No se puede
decir que haya sido un encuentro brillante, de buen fútbol y cargado de
opciones de gol. Lo que sí se puede añadir fue que hasta el último minuto la
confrontación fue intensa y emotiva tras ver como los leones igualaban las
cifras después de ir dos goles por debajo.
Se debe hablar
de errores porque en los cuatro tantos hay complicidad de los defensores de
ambos equipos. Los Revolucionarios abrieron el marcador al minuto 19 en una
jugada rápida por derecha. Scott Caldwell asiste a su compañero Charlie Davies
quien logra generar una diagonal hacia adentro ante la pasividad de Seb Haines
y Collin. El delantero, que anida por cuarto partido consecutivo, no perdonó la
ventaja y fusiló a Ricketts quien poco pudo hacer para evitar la caída.
El dos por cero
parcial (y que parecía lapidario), nace en el minuto 70 por el sector derecho
del visitante. Fue un pase de casi 40 metros que despachó London Woodberry
desde la línea divisoria, en un intento por buscar a Kelin Rowe quien apenas
llevaba diez minutos en la cancha tras
reemplazar a Davies.
El balón parecía
intrascendente porque Collin y el portugués Rafael Ramos estaban perfilados
referenciando el balón. Sin embargo, el lateral derecho no advirtió que Rowe se
movía a sus espaldas, no estaba en el radar del defensor y en un intento por
regresar al esférico al arquero, con el pecho, le sirve un pase al atacante de Boston
quien concreto. Era su partido número 100 como profesional de la MLS y que
mejor que hacerlo aprovechando un regalo de esta magnitud. Fue un error
pecaminoso de Ramos quien ya suma dos devoluciones en falso que terminan en
goles para su meta.
Entre el minuto
70 y 75 suceden dos errores tácticos que decantan en el gol del descuento. A
los 72 minutos, el técnico Jay Heaps manda a la cancha al veterano Kevin Alston
en reemplazo del único atacante (Juan Agudelo). Esta inclusión, que buscaba
dejar a Teal Bunbury en punta y fortalecer la recuperación en la mitad para
manejar el resultado, no dio sus frutos porque de ahí en adelante Ramos
encontró un corredor por donde penetrar la zaga visitante. Hasta ese entonces
resultaba casi que impenetrable la muralla dispuesta. Es en una de las repetidas
acciones, tras una buena jugada de Kaká, que Ramos de nuevo se acomoda y sirve
al área para que Cyle Larin le ganara en el salto a Jermaine Jones y con un
buen frentazo diera el descuento para el local en un momento clave porque mete
de nuevo a su equipo en el partido.
El otro error
táctico que permite la paridad, es que Heaps no se da cuenta o no entiende, que
lo empiezan a atacar con balones cruzados y que Jones se había mostrado
desacertado en su labor como central (es volante de marca por naturaleza). En
acciones previas ya lo habían incomodado y pese a gritar y tratar de organizar
a sus compañeros, sus imprecisiones afectaron al equipo.
Tras renunciar Nueva
Inglaterra al buen libreto exhibido en la primera fracción y el arranque de la
complementaria, Orlando se anima y mejora la actitud en procura de la paridad.
No era un equipo muy claro en la tenencia del útil y Kaká, que había sido
incomodado todo el partido, lo mismo que Brek Shea, intentaba levantar su
equipo.
A falta de un
minuto para terminar el tiempo reglamentario, una falta sobre derecha permite
que el estelar carioca sirva el esférico al área y en el despeje impreciso de
la defensa el útil queda flotando por izquierda para que Luke Boden (quien
estaba sumado al ataque), lo levantara de nuevo y fue entonces cuando apareció la
frente limpia y decida de Collin quien la puso arriba y adentro. Fue la locura
total para los aficionados y el técnico Heath quien lo celebró a todo pulmón.
El resultado
definitivo se antoja justo porque si bien Orlando recuperó la vergüenza y se
entregó totalmente, Nueva Inglaterra pagó caro la osadía de creer que el duelo
estaba resuelto y se dedicó a defenderlo sin recordar que había fisuras en
zonas neurálgicas de la doble línea de cuatro que dispuso a 20 minutos del
final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario