La noticia es que Brasil espera por nosotros el próximo
viernes 4 de julio en Fortaleza. Hasta ahí registran los medios
internacionales, pero no puedo negar la felicidad que me embriaga por los
logros alcanzados. La historia está rota, ahora estamos entre los mejores ocho
del mundo y por primera vez nos instalamos en los Cuartos de Final de una Copa
del Mundo. Además, como si fuera poco, tenemos al goleador parcial del torneo,
el jugador más llamativo para la prensa y un equipo que juega bien, que sabe qué
hacer con la pelota y cede la misma cuando el profesor Pekerman los manda a
defender sus posibilidades, de manera fría y calculadora, con tesón y capacidad.
Debo admitir que los uruguayos fueron unos dignos
rivales, esperaba menos de ellos no en lo deportivo, sino en lo extradeportivo.
Por momentos nos complicaron no por su capacidad colectiva, sino porque se les ofreció
espacio para que carburaran. Ahí fue grande la figura de David Ospina, quien
sigue siendo el mejor en esa posición, sin dudas.
Yepes y cuadrilla han actuado con la altura que amerita
una responsabilidad de tal magnitud. La zona de volantes de marca muerde con
clase y no con los dientes, como tiene que ser. Adelante se alza la imagen de
un James inmenso, caudillo y líder. El hombre que se echó el equipo a los
hombros y es el mayor referente del mismo. La FIFA decretó que era el mejor de
la fase de grupos, y para confirmarlo marcó un gol de ligas mayores. Una anotación
monumental, después de un gesto técnico maravilloso y una definición impecable.
Todos se pusieron de pie para aplaudir semejante gol. Inclusive los medios lo
repiten una y otra vez, coincidiendo en que si no es el mejor por lo que falta
ver, estará entre los 3 mejores. Difícil que haya algo de mayor calidad en mi opinión.
Para rematar, el segundo y definitivo gol se elabora
con una asociación genial. La pelota fue de derecha a izquierda, bien templada
y precisa, para que Armero centrara desde la izquierda cerrado al segundo palo
de Muslera, y por allí de manera acrobática apareciera el picante Cuadrado
quien de cabeza se la puso a Rodriguez para que anotara uno más para liquidar
al rival y su quinto en la cuenta personal.
Ahora a celebrar, la ocasión lo amerita. Lo importante
es no perder las proporciones y olvidar que cualquiera sea el resultado contra
los locales, lo de Colombia es muy, pero muy bueno. Eso solo lo hacen los
equipos con clase y eso es lo que hoy nos sobra. Gracias muchachos.
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