domingo, 17 de junio de 2018

Grupo B, jornada 1: España es puro fútbol y Portugal tiene a CR7 y diez más



El primer gran banquete de este grupo, y del Mundial, lo brindaron España y Portugal. El partido, más allá del resultado, resultó sumamente entretenido, bien jugado y con un Cristiano Ronaldo agigantado.

El tres por tres se antojó justo para unos y no tanto para otros, porque al final los españoles fueron más colectivamente, mientras el monarca europeo tiene a CR7 y 10 más. La Roja, ahora dirigida, de manera sorpresiva, por Fernando Hierro, es un equipo demoledor e incómodo. Pocas veces rifa el balón o lo entrega sin criterio. La precisión en la entrega es una de sus virtudes, la manera como genera espacios y los aprovecha es admirable. Las triangulaciones rápidas y eternas, constantes y molestas, confunden al rival, así como lucían los lusos tratando de taponar cualquier franja que se abriera.

Ronaldo, aparte de los tres goles, se juega un campeonato aparte. Todavía no se sabe si continúa o no en Real Madrid, pero tampoco se aprecia otro club, igual de grande e histórico, que quiera pagarle la millonada que pretende y no porque no lo merezca, sino porque a CR7 se le olvida algo importante: ya tiene 33 años y en el mercado esto pesa a la hora de firmar los cheques o contratos a largo plazo. No quedan dudas de que el delantero portugués es otra cosa, un elemento brillante, impredecible, histórico si se quiere, pero tiene 33 años, joven aun, pero es una edad que en el fútbol son un montón.

FUE O NO FUE
Después de concluido el delicioso encuentro quedaron dos acciones cuestionables en el plano reglamentario que generan polémica entre los expertos: el penal que se pitó en el minuto cuatro sobre Ronaldo y que abrió la cuenta, y el empate que llega tras una supuesta falta Diego Costa de sobre Pepe. 

Tomemos la primera: para muchos la falta sobre Ronaldo no existió y este se la inventó. Sin embargo el central, que estaba muy cerca, no dudó en pitarla y no pidió la asistencia del VAR para nada, lo cual es respetable. Queda claro que sigue siendo la opinión del juez la que prima y la asistencia del video será una herramienta para usar sólo en caso de que los árbitros del VAR noten algo que amerite una revisión. En mi criterio el penal existió, fue claro, por encima de qué haya sido sutil. La acción confirma que el español va a la pierna y no al balón que claramente ya estaba fuera de su alcance. Además, para que los entendidos no se confundan, la regla dice que “dar o intentar dar” en el área es motivo suficiente para sancionar la falta.

En la segunda: el contacto existe entre Diego Costa y Pepe, pero es más una acción de choque, un manoteo normal, que un verdadero ataque al oponente. Sin embargo el defensor, conocido mundialmente por jugar al límite del reglamento, y respetarlo poco, valga la ocasión, exagera la situación llevándose la mano a la cara donde nunca fue impactado, simplemente para simular la falta y sacar ventaja de ella, cuando claramente hay peligro en ataque. Ahora bien, el ariete español no hace el gol a continuación, sino que tiene que enfrentar a dos marcadores más a quienes burla repetidamente antes de generar el ángulo de disparo.

Si bien mis explicaciones pueden diferir a la de muchos, queda claro que cuando una acción sigue siendo cuestionable no puede ser concluyente. Es decir que el central ni su asistente de línea vieron la falta, por lo que no se sancionó, confirmándole por el interno que era inconclusa y se le dio prioridad a su criterio. No se puede olvidar que el VAR es un ayudante y no un elemento para sustituir al árbitro. 

IRÁN ES UN LÍDER DE BARRO


Los iraníes son líderes, pero no por mucho tiempo está claro. Irán un equipo con unas limitaciones enormes y solo pueden enredar. Ganaron, por segunda vez en su historia mundialista, a Marruecos por la mínima diferencia gracias a un autogol (el primero de esta edición mundialista) de Aziz Bouhaddouz ya expirando el compromiso, de manera agónica y frustrante. La primera vez que Irán saboreó la victoria en un Mundial, fue en la cita francesa donde doblegaron a Estados Unidos en un juego lleno de morbo por la política internacional.

El partido entre asiáticos y africanos, como tal, no fue bueno por lo fraccionado, con demasiadas faltas, mucho contacto físico, aunque hubo opciones de riesgo que, en la mayoría de los casos, estuvieron a cargo de los africanos que adolecen de un definidor nato. Los actuales líderes, por ahí, generaron una que otra posibilidad en contra ataque. Sin embargo, ganados los tres puntos, ahora le apuntan a un empate para tener aspiraciones de avanzar. Lo malo en sus planes es que el próximo rival es Cristiano y sus amigos y deben cerrar contra los ibéricos, nada fácil y mucho menos alentador.


Los marroquíes no solo deben sumar, sino que la victoria es tal vez su única alternativa. Son alegres, fuertes, aguerridos, pero no parecen tener las herramientas suficientes como para doblegar a un conjunto como España que arrancó dando pinceladas de campeón, por lo menos en su propuesta y variantes de juego. Todo esto se definirá el miércoles 20 de junio en Moscú y Kazán. 

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